Cada
vez que leo un libro o una historia, me percato de que el autor o autora realmente
sepa transmitir los sentimientos de los personajes dentro de la trama o el
escenario en que construye su historia.
Siempre he pensado que una buena historia es aquella que tiene la
capacidad de transmitirte y transportarte al lugar en cuestión, a tal punto que
puedas involucrarte y vivir lo que viven los personajes. El problema de hoy en día en muchos
escritores es que han perdido o no han desarrollado esta parte importante
dentro de su andar como escritores. No
sólo se trata de escribir «qué romántico» dentro de alguna línea, sino de poder
describir tal sentimiento al punto de hacer reír, llorar, sufrir y hacer feliz
al lector, Incluso sentir la ira que un evento puede producir en un personaje. Cuando
un autor logra esto, ha logrado avanzar en un gran porcentaje de la
historia. Lograr que los lectores se
identifiquen con su historia y los personajes sin condiciones ni restricciones,
sin duda alguna…es un éxito. El asunto
es: ¿cuántas de las personas que escriben logran realmente este efecto en el lector?
Uno
de los errores más comunes que pueden encontrarse, tanto en escritoras novatas
y no tan novatas e incluso expertas, es que las personas suelen escribir sólo
como piensan en el momento, sin importar qué es lo que realmente están
transmitiendo en sus historias. El hecho
de que a mí se me ocurra algo no significa necesariamente que sea funcional. No
es lo mismo lo que se me ocurre a como lo haya escrito. La mayoría de los escritores tienen una idea
y, sin importar si es mala o buena, se aventuran a escribir —de forma abrupta y
desordenada— lo que se les viene a la mente, sin realizar por lo menos una
pequeña lectura de corrección sobre lo que han hecho. Creen que así como se les
ocurrió es el Boom de la escritura, sin darse cuenta que realmente están
haciendo un ¡BOOM!, pero por la forma en que están destruyendo la misma.
Sin
duda alguna, hemos podido ver muchas personas que en la vida real tartamudean
al hablar, sus palabras se cortan y no salen más allá de su garganta, o mueren
entre la lengua y la dentadura. El gran
problema en la escritura es que muchas personas también tartamudean, y esto
ocurre porque mentalmente se está tartamudeando y terminan por mostrarlo dentro
de su escritura. De ahí que podamos
encontrar muchos escritos con tan poca lógica con muchos —por así escribirlo—
tropezones entre letras, palabras, frases, oraciones, líneas o párrafos. Su inconsciente les traiciona y lo reflejan
en lo que escriben o hablan.
Esto
es algo que ocurre constantemente, especialmente en aquellas personas que sólo
se sientan a escribir sin detenerse un momento a pensar en lo que están
escribiendo. Su ansiedad se muestra al
momento de sentarse frente a un ordenador o bien frente al papel y la pluma. Muchas personas fallan al querer escribir
sobre un sentimiento porque pasan por algo como esto, o porque simple y
sencillamente son muy negligentes al momento de escribir, haciéndolo de forma
muy rudimentaria e insensible; a tal punto que ni ellas o ellos comprenden el
verdadero sentimiento de sus propios personajes o de los personajes de algún
otro autor que utilizan para sus historias.
Generalmente,
cada vez que voy a escribir una historia, suelo hacerme algunas preguntas que
me ayudan a hacerlo mejor. Muchas veces me pregunto qué es lo que deseo
transmitir en la historia y si realmente lo estoy haciendo. Por eso, leo varias
veces algunos pasajes que he escrito para saber si en verdad estoy logrando lo
que quiero. En ocasiones, puedo
encontrarme con que no es lo que se suponía que debía transmitir, y cuando lo
vuelvo a leer —más detenidamente— puedo darme cuenta si tiene lógica lo que
estoy escribiendo o no. Hacerme estas
preguntas me hace comprender que muchas veces no era lo que tenía que
transmitir, y me doy cuenta que, en ocasiones, sólo estoy escribiendo por
escribir. Las personas tendemos a
cometer el error de «asumir» que todos comprenden lo que escribimos, y con ello
nos limitamos al momento de plasmar un sentimiento. Uno no debería asumir ni
dar por hecho algo sin antes asegurarse de que así sea. Por mucho que me guste
lo que escribí, puedo darme cuenta si estoy siendo profunda o no, empiezas a notar
si las palabras son las que pueden representar lo que llevas dentro. Pero veamos un ejemplo en relación a este
tema
Si
la temática que has escogido para escribir es de violación, no tiene lógica
colocar aspectos como que el personaje, al día siguiente de ser violado,
realice un strip tease (como lo leí
en alguna ocasión), o lo hagan feliz con un helado que le regaló el violador, o
porque le compró ropa o simplemente porque le dijo que lo amaba y que no había
otra forma de tenerlo con él. Esto es
algo que se encuentra con mucha frecuencia en este tipo de temática. Una
persona recién violada a veces ni siquiera puede moverse por el daño físico que
recibe, mucho menos andará por ahí feliz de la vida si ha sufrido un golpe
emocional a su dignidad como ser humano.
El hecho de que quieras describir a una persona llorando, no lo lograrás
simplemente con haber escrito algo como «snif»,
que es lo que suelen colocar algunos escritores. Debes de ser mucho más elocuente. En verdad
haz que se note ese sentimiento, y el lector lo comprenda y lo sienta al
momento de leerlo. No es lo mismo que
escribas «El chico lloraba snif snif,
porque lo habían violado» a escribir algo como esto:
«Dolor, maldito dolor que estrujas,
hieres y destrozas el cuerpo y el alma de un inocente. Todo a tu paso es
desgracia y, por donde pasas, dejas huellas indelebles de sufrimiento
desollador. Se sentía tan solo, con la existencia perdida, parado al borde de
la miseria en el abismo de la iniquidad. Arrastrado por la vergüenza, sólo
deseaba arrancarse la vida y el alma misma. ¿Qué había hecho para merecer
semejante atrocidad? Su vida carecía de
sentido y el vacío que le inundaba era la muestra clara del vacío existencial
que experimentaba.»
Debes
tratar de mostrar el sentimiento que deseas transmitir. Un simple «snif» no dice nada, mucho menos colocar
caretas como ésta: «TT_TT».
Si
la persona se toma el tiempo para hacer vivir al lector ese sentimiento como
tal, entonces tendrá buena parte de éxito en su historia. No es suficiente con escribir que el
personaje «Está loco»… Hay que
demostrarlo en la escritura, porque un «muajajajaja» sólo se verá como otra
copia de alguien que tampoco supo cómo plasmar esa locura en su historia. Algo importante a tomar en cuenta es que si
quieres transmitir un sentimiento jamás
copies lo que han escrito otros, eso incluye el ejemplo que he escrito. Si
quieres transmitir algo debe de ser desde tu propia experiencia, noción,
conclusión y hasta tus propias expectativas ante ciertos hechos.
Como
un buen consejo… Busca un horario y
lugar donde puedas relajarte al momento de escribir, de tal forma que no tengas
tantas interrupciones. Haz un borrador
de la idea inicial que tienes y trata de pensar en lo que deseas
transmitir. Si vas a escribir sobre la
ira, piensa en cómo te sientes cuando estás enojada(o), y trata de describir lo
mejor que puedas ese enfado que se acumula entre tu mente y la forma que se
manifiesta gestual o corporalmente en ti o en algún conocido. De igual forma con la alegría, la tristeza o
cualquier otro sentimiento. Pregunta a alguna persona que conozcas si realmente
estás transmitiendo el sentimiento. Pero
una carita dibujada, un «snif», un «wuaaaaa»
no definirán realmente el sentimiento.
Por el contrario, el mismo decaerá inmediatamente en una historia
carente de sentido.
Algo
que me ha ayudado mucho es tratar de imaginar lo que escribo, trato de ponerme
en los zapatos del personaje y vivir lo que el personaje vive, si el personaje
se enoja me pregunto ¿Cómo soy y me siento yo cuando me enojo? Igual ocurre si
el personaje está triste o alegre, trato de verme a mí misma y escribo desde lo
que yo misma siento. Si logras hacer
esto podrás lograr que los lectores también lo vivan y lo sientan. No necesitas, bajo ningún motivo, escribir
historias vacías como lo harían los demás sólo por copiar la forma en que otros
lo han escrito, no necesitas parecerte a nadie a la hora de escribir. Escribir a partir de tu propio sentir y
plasmarlo en tu historia, hará una diferencia entre una trama con o sin
sentido. Ahora que sabes esto, no hay
excusa para no tratar de escribir o plasmar los sentimientos de tus personajes
dentro de tus historias.
Si
eres novata o novato, evita por todos los medios de escribir tu historia en el
celular y subirlo inmediatamente en donde vayas a publicarlo. Ni siquiera es
recomendable para alguien experto. Puedes confundirte y, al final, publicar
algo que no te satisfaga a ti como escritor ni a los demás como lectores. Ten en cuenta que el hecho de que recibas
muchos reviews, no garantiza que tu historia sea la mejor. Muchas veces las
personas comentarán y apoyarán fics que carecen de sentido en su trama. Antes, concéntrate en lograr transmitir lo
que realmente se deba plasmar en la historia.
Claro que hacerlo no es
fácil, nunca nadie dijo que lo fuera, pero con el tiempo me di cuenta que era difícil
porque me costaba abrirme a escribir lo que yo realmente sentía hacia ciertas
circunstancias. Así, me di la oportunidad de expresarme sin máscaras ni
tapujos. Decidí tratar de hacer conciencia sobre lo que realmente sentía en
relación a ciertos eventos y trataba de plasmarlo lo mejor que pudiera,
tratando de encontrar la mejor lógica o vínculo entre la historia y el
sentimiento. Esto me dio la pauta para
exigirme a mí misma hacerlo mejor y más aún a comprometerme a ir mejorando poco
a poco. Permitirme a mí misma vivir la historia también me permitió que los
lectores aprendieran a vivirla.
Por
último, les dejo una frase que a mi parecer describe parte de lo que debería ser
un escritor:
«El verdadero arte de escribir es
aprender a plasmarse uno mismo, es trascender, es traspasar las barreras y
limitantes de las letras para llegar a la mente y el corazón de alguien…que ni
siquiera conoces.».
Sabaku no
Cachi.
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